A Ernesto C. y las estratagemas.
Nicolás llamó al mesero y pidió una coorslight, aproveché y yo también dije que otra. Para esas horas había perdido la cuenta de las cervezas, pero me sentía bien, podía seguirle la plática al Nicolás y decir: “Soy ingeniero en sistemas computacionales”. Era chistoso, pero siempre que me ponía pedo, tenía dificultades para decirlo sin equivocarme. Cabrón, la pinche Zuly me mandó madrear…, escuchaba la historia donde mi amigo tomaba el bastón del carro para defenderse y luego, todo un relato de cómo los otros batos huían, siempre eran cosas por el estilo. Wey, ya te lo dije, te van a venir chingando, se lo repetía aunque no me hiciera caso.
Eran casi las doce de la noche, yo sentía que podíamos seguir pisteando, era sábado y ninguno teníamos que ir al día siguiente a trabajar. Así que le dije al Nicolás que le cayéramos al Oxxo por más cheves y de allí a mi cantona. ¡Árre!, me dijo. Nos subimos a su Pick-up y nos fuimos acá, escuchando puro Depeche, neta que cómo nos cae. Llegamos al Oxxo y todo comenzó,
Al salir lo primero que vimos, fue un rayón a lo largo de todo el pick-up. ¡Pinche Zuly!, ¿ves lo que hizo cabrón?, yo sólo vi en Nicolás ese rostro que no me gustaba. ¡Vamos a su casa!, ¡esta pinche vieja me va a escuchar!, se subió todo encabronado al pick-up. Wey, ni sabes si va estar en su casa, trataba de que agarrara la onda. ¡Me vale madres!, ¿qué?¿le sacas?
Yo abrí una cerveza y me la fui tomando para calmarme, si algo no me caía del Nicolás era que siempre buscaba los madrazos, pero pues era compa, y la neta nunca me dejaba abajo, así que tampoco yo lo iba a hacer. Entonces acá, venía pensando en qué haríamos, o qué haría este wey en cuanto llegáramos a casa de
Entonces se calmó. De nuevo íbamos para mi casa cuando volvemos a ver a
Sólo escuchaba los rechinidos de llantas y sentía los brincos que daba el pick-up. Entonces sucedió, alcanzó el carro de Zuly y le cerró el paso de manera que no le quedó otra que detenerse. Nicolás bajó hecho una fiera, no tardó en estar frente al carro de la morra, abrir la puerta y obligarla a bajar. Yo también me bajé del Pick-up, no podía quedarme viendo cómo nos metíamos en problemas. Wey ¡bájale! le grité mientras me acercaba. ¡Ni madres! Zuly tenía una expresión de terror, ni siquiera intentaba defenderse. Mira morra, ya me tienes hasta el culo, o me dejas de chingar o me vale de quien seas hija. Zuly había comenzado llorar, Tú tienes la culpa, tú fuiste el que se pasó de lanza conmigo, Morra se acabó, neta, déjame en paz. Ya la había soltado, más que furioso se veía cansado. No duró mucho la conversación, la dejó que se fuera.
Nos subimos al pick-up y no dijo nada. Pásame una cheve. Nos quedamos un rato pisteando en la calle, escuchábamos: “Here is the house”, yo me sentí aliviado de que Nicolás no hubiera hecho más desmadre. No era la primera vez que eso nos pasaba, hacía tres años se había agarrado a madrazos con el hijo del gobernador, todo por una estupidez. En aquella ocasión unos tipos nos habían amenazado en la puerta de su casa. Nicolás por su parte les había dicho que si ellos le ponían una mano encima, se les iba a armar. Su papá gozaba de fuero, era cónsul de República Dominicana en México. Eso no muchos lo sabían, incluso era como un dato curioso, pero por alguna extraña razón gozaba de este título. Realmente nos valía madres. Hasta ese momento, ignorábamos que en nuestra ciudad hubiera cónsules de otros países, o de algo que no tuviera que ver con Estados Unidos. Lo único que importaba es que en su casa estábamos a salvo, hacernos algo era desatar un conflicto internacional.
De nuevo íbamos rumbo a mi casa, las cervezas todavía estaban frías, era pleno diciembre. Mi celular sonó, era una amiga en común, nos invitaba a una peda. No dudamos. Ya traíamos las cheves, no necesitábamos más. Wey, ¿te acuerdas dónde queda la bodega de
Oye, ¿y crees que esté
Wey en la siguiente, ya vi la pinche bodega. Nos estacionamos. La música se oía por toda la calle, ¡Chilo que le caímos!, ¡a huevo que debe estar
¿Qué pedo?, ¿Es que sabes qué?, me pareció ver estacionado el carro de
Unos cuantos pasos y ya estábamos a un lado de la entrada, no se escuchaba ruido excepto por la música que imaginamos provenía de un radio. Nicolás que siempre se arriesgaba se asomó, incluso empujó un poco más la puerta. El rechinido de la lámina me asustó, yo estaba seguro que nos iban a cachar. No pasó nada, Wey, no se ve gente, me volvió a decir en voz baja. Yo sólo quería que nos regresáramos al party. ¡Voy a entrar!, No wey no mames, Nomás deja que vea, quiero saber qué hacen aquí, No wey, ni al caso, vámonos. Nicolás se metió y yo me quedé afuera viendo hacia todos lados, luego me asomé al interior: la bodega era un espacio grande y estaba casi vacía, por lo que se veía todavía más grande. Nicolás caminaba entre dos pick-up nuevos estacionados allí, tenían placas de California. Me llamó la atención que al lado de los pick-up, había una de esas máquinas que usan en la construcción, retros, creo que así se llaman. Era una pequeña, del tamaño de un montacargas quizá. También se veía algo de herramienta regada, nada de sombreros o guayaberas como siempre habíamos imaginado.
Los segundos transcurrían y yo me moría de miedo, ya esperaba un montón de cabrones dándonos de putazos. Quizá llamarían a la policía, pero eso en el mejor de los casos. Wey…, escuché la voz del Nicolás llamándome desde el interior, No mames, cáele cabrón…, el eco se escuchaba por toda la bodega. No me quedaba otra que confiar en mi amigo, entré. Una vez que uno atravesaba la bodega, se llegaba a otra puerta metálica que daba a una improvisada oficina. Hasta allí me hizo entrar. Sobre un escritorio estaba la bolsa de
De nuevo me encontraba en la calle, sólo que ahora sentí que me cagaba del miedo, ¡Pinche Nicolás! , era una especie de encabronamiento, ganas de no sé, partirle la madre. Me regresé, las cheves estaban todavía sobre la banqueta. Las agarré, y me subí al Pick-up. Abrí una, estaba temblando. ¡Pinche Nicolás!, ya ni me acordaba de
Llevo semanas que no veo al Nicolás, hemos quedado en ir por unas cheves, pero siempre algo se nos atraviesa, ya sea él o yo, el pedo es que no se nos ha hecho. Justo ayer quería localizarlo y es curioso, porque hoy salió en las noticias que las autoridades encontraron sobre
Cuando llegué al trabajo la gente se traía ese cotorreo, pero no estaban sorprendidos, en cierta manera ya todo mundo esta acostumbrado. A mí me hubiera valido madres como siempre, pero no pude evitar que en esta ocasión me sintiera interesado, así que antes de que se hiciera más tarde compré el periódico, esto decía: “…Esta mañana fue localizado un nuevo narcotúnel en
Luego describían los detalles del túnel y hasta venían fotografías. Me quedé acá, todo emputado.
Aquella noche, cuando el Nicolás me mostró las fotos me frikié. Primero vi las del baño y toda la marihuana, luego un pequeño patio y en él una excavación. ¿Qué pedo con esto wey?, no hallaba lo extraordinario del asunto. Neta que estás bien pendejo, ¿no ves?, ¡es un túnel!, Nicolás parecía un niño con juguete nuevo, brincaba de gusto. En eso, que se nos aparece
Nico ¿qué chingados me andas siguiendo?, ¿Qué pedo morra?, ¡ni te había visto!, No te hagas pendejo, te vi saliendo de la bodega, ¿Y qué?, ¿te da miedo que diga lo que vi?, ¿Sabes qué? vales madre, a mí no me asustas, ¡Mira morra!, muy fácil, deja tú de chingarme y yo no digo nada,
Ella tenía razón, no sabíamos qué pedo. Entonces no nos quedaron ganas de regresarnos al party, le caímos directo a la casa del Nicolás, no a la mía como era el plan original. Llegamos. En cuando cruzamos el cerco, me sentí aliviado; nos fuimos directo a la parte de atrás. Siempre las grandes ideas, venganzas, todos nuestros planes los hacíamos sentados en una de las mesas del jardín, acá, tomando cheve junto a la alberca.
¿Entonces qué hacemos wey?, No pues nada, oye cabrón ¿cómo no sabías que
Seguimos pisteando toda la noche, yo apenas recuerdo cómo agarré mi carro que estaba estacionado afuera. Al día siguiente desperté en mi cuarto bien ondeado. Sonó el teléfono, no contesté, luego mi hermana entró y me aventó el inalámbrico, ¡Contesta! Era el Nicolás, Wey…, ¿qué pedo?, Le voy a caer a tu casa para ver qué hacemos, Simón cáele. Colgué el teléfono, la neta no sabía qué iba a pasar, pero sentía que esta vez el Nicolás se había pasado de lanza.
Estuve esperándolo como dos horas, el wey no llegaba. No me extrañó, quizá se había vuelto a jetear, así que yo también después de comer me tiré de nuevo en la cama. Eso había sido como a las dos de la tarde, para cuando desperté ya eran las cinco. Bajé a la sala, le pregunté acá a la que limpia, si alguien me había buscado, Nadie, me dijo. Entonces me empecé a preocupar. Le marqué al celular, me decía que estaba fuera del área de servicio. Llamé a su casa, contestó su hermana, como siempre no sabía nada, sólo dijo que había salido. Para ese momento ya estaba preocupado, pero quise mantener la calma. Me puse a ver la tele.
Para las diez de la noche, ya no hallaba qué hacer. Pensaba en contarle a su papá. Presentía que algo malo le había pasado y sino decía nada, podían seguir pasando las horas sin que apareciera y a nadie se le iba a hacer raro. No me aguanté. A las doce de la noche llamé a su casa, yo tenía pánico salir a la calle, así que tuve que contarle todo por teléfono a su papá. Se hizo un desmadre, a pesar de que ya no era cónsul, tenía mil conexiones en gobierno, luego luego se hizo una movilización para localizar al Nicolás.
Yo por mi parte, no quería que le pasara algo a mi familia, me sentía culpable, cagado del miedo. Primero se lo dije a mi mamá y ella luego a mi papá. Se armó en grande, quizá como pocas veces, estábamos todos en la sala escuchando sus gritos. Él también por su parte le llamó a sus conocidos en
Las horas pasaron, ninguno podía salir, neta que me estaba sintiendo de la chingada. Así pasamos toda la noche hasta la mañana. Como a las once llamaron, era el papá de Nicolás. Lo habían encontrado. La gente del narco lo había interceptado cuando iba a mi casa, lo treparon en un pick-up y luego lo habían llevado rumbo al aeropuerto. Después de escuchar todo lo que su papá me decía con calma, le hice la pregunta: ¿está vivo? Sí, ahorita está en hospital y sigue inconciente, pero está vivo. Luego me dijo algunas indicaciones y quedamos en mantener la comunicación, por el momento teníamos que seguir resguardados en la casa mientras todo se ponía en paz.
No pude ver al Nicolás hasta que habían pasado cuatro días, para eso ya estaba en su casa. Me acuerdo que llegué y a penas pude soportar la mirada de su papá, era la misma del mío en casa. Subí las escaleras, llegué a su cuarto. Entré. El pobre estaba todo madreado, tenía el rostro morado, los brazos llenos de raspones, las dos piernas enyesadas, bien jodido. ¿Qué onda pinche Nicolás?, ¿Qué pedo cabrón?, Ves, te lo dije que te iban a venir chingando, Simón…ya sé y todo por
Pasaron varios meses y ya no hubo más broncas. Nos dijeron que sólo nos habían querido dar un aviso. De cualquier manera nuestras familias mantuvieron la vigilancia durante algún tiempo. De
Hoy con lo del periódico me he quedado pues acá, pensando un chingo de cosas. Al rato quizá vea al Nicolás, apuesto que el cabrón ha de estar todo emputado, las fotos que se publican son las que él tomó con su celular. Ni hablar, quizá ni nos hubieran creído que nosotros descubrimos ese pedo.
Desde ese día se nos bajó el desmadre, todo levesón, puro pistear y nada de madrazos, a veces le hago carrilla, le digo: ¿Ya ves?, te decía que te iban a chingar pero no me hacías caso, él sólo se la cura. Hasta ahora nadie nos ha vuelto a molestar. Yo estoy tranquilo. Si acaso, lo único que me preocupa es que a pesar de todo, el Nicolás está esperando el momento en que regrese
Luis Martin Ulloa
Diana Sofía Sanchez
Nylsa Martínez
Patricia Bazaldua
Cástulo Aceves
Yvonne Bagnis
Juan Antonio V.B.
Yolanda Gámez
Francisco Jalomo
Fecha/Envio Cuento |
Autor Cuento |
Fecha/Limite Tallerear |
14-Sep-06 |
Yolanda |
25-Sep-06 |
05-Oct-06 |
Nylsa |
16-Oct-06 |
19-Oct-06 |
Cástulo |
30-Oct-06 |
02-Nov-06 |
Yvonne |
13-Nov-06 |
16-Nov-06 |
Jalomo |
27-Nov-06 |
30-Nov-06 |
FIL |
* Posponer 8 dias |
07-Dic-06 |
Diana |
11-Ene-07 |
11-Ene-07 |
Luis Martin |
22-Ene-07 |
25-Ene-07 |
Paty |
05-Feb-07 |
08-Feb-07 |
Juan Antonio |
19-Feb-07 |
22-Feb-07 |
Juan Salvador |
05-Mar-07 |
08-Mar-07 |
Yolanda |
19-Mar-07 |
21-Mar-07 |
Nylsa |
02-Abr-07 |
05-Abr-07 |
Cástulo |
16-Abr-07 |
19-Abr-07 |
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Jalomo |
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Diana |
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31-May-07 |
Luis Martin |
11-Jun-07 |
14-Jun-07 |
Paty |
25-Jun-07 |
28-Jun-07 |
Juan Antonio |
09-Jun-07 |
12-Jul-07 |
Juan Salvador |
23-Jul-07 |